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Valverde, tercero en la vuelta 2013 |
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Valverde, tercero en la Lieja-Bastoña-Lieja |
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Valverde, tercero en el Campeonato del Mundo 2013 |
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Valverde, tercero en la vuelta 2013 |
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Valverde, tercero en la Lieja-Bastoña-Lieja |
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Valverde, tercero en el Campeonato del Mundo 2013 |
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Gore Vidal a los 21 años. En Antigua (Guatemala) escribió con voracidad |
Esta red social se basa, por si alguien no lo sabía, en la limitación a escribir historias que no duren más de 140 caracteres. En realidad, no voy a hablar en exceso de Twitter, puesto que todavía, pese a ser un usuario habitual, desconozco muchas cosas del medio. Pero desde que lo uso, me siento más enterado de lo que pasa. De hecho, hay muchas cosas que sólo pasan en Twitter. Y si no, que se lo digan a Nacho Vigalondo.
La fórmula no es nueva. Ya existe un antiguo dicho que reza que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Pero es que además, los informativos, con su pretensión de llenar espacios de media hora, ya afrontan las noticias con esa máxima grabada a fuego en sus prompters. Y claro, la mayoría de noticias parecen construidas con la voluntad de explicárselas a un niño de seis años. Acompañadas del material audiovisual de Freddy Krueger, claro. En los últimos tiempos y cada vez más, vistos los titulares, visto el informativo.
Es por ello, que en este siglo XXI, la necesidad de reinventarnos, de tirar de una sociedad que en los sueños utópicos de aquella adolescencia ochentera, se llenaba de coches flotantes, ciudades sin humo o cubiertas con una cúpula de cristal para aislarlas de la dañina atmósfera exterior (en esto último no nos hemos quedado muy lejos), un orden en el que la justicia imperaba, se convierten en necesarios. Una sociedad, en definitiva, superior. Pero, ¿lo es, superior, esa sociedad que muchos han dado en llamar la sociedad de la información? En un tiempo en que la culpa de todo la tiene el pueblo («todos somos responsables», ¿recordáis?), el periodismo y la cultura están en crisis, puestas en jaque por las nuevas tecnologías, el acceso infinito y gratis que otorga el consumado demonio del nuevo milenio: internet. Yo desde twitter, he podido acceder a varios ejemplos de que el periodismo no está en crisis por las nuevas tecnologías, sino porque, igual que ocurre en la sociedad, muchos de los prestigios están erigidos sobre malas artes, sobre una manera de actuar un tanto mafiosa que pretende convertir en verdad única sus postulados. Desde el Tytadine de «El Mundo», pasando por estos dos ejemplos que provienen del mundo del deporte. Como Urdangarín, como los pelotazos inmobiliarios que pagamos entre todos a cargo de las arcas públicas (Madrid 2020 y las promesas de seguirse forrando para los faraones del ladrillo no es más que el enésimo episodio). Estos dos ejemplos tienen que ver con el plagio indiscriminado de información de internet (entre este artículo del mundo y este de ciclismo2005, un referente en información alternativa), no se han molestado ni en escoger una imagen diferente.
A estas alturas de la vida, consumidos trece años del nuevo milenio, lo hacemos todo igual, pero virtualmente. La gente se enamora virtualmente (aunque luego se toquen de verdad), se hace tu follower, te añade a su círculo de amigos de facebook y te hace sucesivamente megustas aunque no os veáis jamás (ni vayáis a hacerlo). Las imágenes en los informativos siguen siendo las mismas. Y cuando digo las mismas, me refiero a que se repiten con las de antaño, cuando teníamos dos cadenas y anhelábamos la libertad televisiva, pero también a que son las mismas en TODOS LOS INFORMATIVOS. Cuando eso no pasa, la noticia que dan es tan mierda que no importa: un futbolista se ha depilado el entrecejo, en Inglaterra han vuelto a hacer una carrera bajando una montaña detrás de un queso (un saludo a Gloucester) o… Perdón, no, estas saldrían en todos los informativos. No, creo que no hay. Bueno sí, depende de lo que den en su cadena. Si fichas a la fórmula 1, los deportes se llenan de bólidos; si fichas a las motos, lo mismo; si das ciclismo, pues ni aun así, a no ser que haya dopaje. Y el resto, pues exactamente igual, pero con otras palabras. Ahí sí que varía la cosa bastante.
Y para que no os sintáis defraudados por un post ausente por completo de información, os diré que el Bárcenas todavía no ha sido indultado.
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Mansfield peinándose |
También Javier Marías dedica varias líneas de su trilogía a describir ejemplos de muertes estúpidas, sobre todo la de la rubia star del Hollywood dorado Jayne Mansfield. El coche que conducía su último amante tuvo un accidente de tráfico y se fue a empotrar bajo un camión que circulaba a una velocidad muy inferior. La mala suerte hizo que en el accidente Mansfield chocara con la cabeza y perdiera el cuero cabelludo. Pese a la belleza que la caracterizó en vida, Mansfield resultó un cadáver verdaderamente horrendo.
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Foto de la portada. Un terruño árido a la deriva con gente encima tomando el sol. ¿Qué país es? |
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Asterix leyendo L’Equipe, diario organizador del Tour de France |
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Los peinados cambian; las actitudes no. |
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Estaba pensando en abrirme una cuenta vivienda en Chipre… |
Como parece que este blog, creado para promocionar mi novela todavía por publicar, La última fiesta, está resultando un tanto político, más allá de potenciar aspectos que salen en sus 200 páginas, me veo en la obligación (personal, de conciencia) de escribir un post al respecto. La última fiesta es una novela que la podría haber escrito cualquiera. Por eso mismo, la puede leer cualquiera. Son las vivencias de unos individuos en crisis, que discurren en un entorno de bienestar hasta que llega una amenaza. Entonces, Islandia se presenta como un lugar de redención. La mía no es una novela de la crisis, ni tiene nada que ver con ella; para eso ya tenemos todas las noticias, excepto las de la RTVE, que son para el papa. No, la mía es una novela para la esperanza. Siempre, siempre, hay que pensar que uno puede coger el toro por los cuernos y tirar hacia adelante. Aunque la respuesta a veces, sea irse a una armería con los últimos ahorros. Si a mí me desahucian, os aseguro que no me voy solo.
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¡¡¡Ahora sí que sus vais a cagar!!! |
Os he de decir, que yo, que tengo un chip antiinmoral, bajo esta apariencia de rebelde travieso (sí, me abrumáis con vuestros comentarios), en mi infancia, cuando mis amigos se iban a hacer cualquier tropelía, yo me volvía para casa. En la adolescencia jamás fui capaz de robarme la merienda en el Carrefour (que entonces se llamaba Pryca, cómo pasa el tiempo) y pese a todo, seguro que si me deshauciasen, si mi vida como tal se fuera al garete, perdiese mis ahorros y mi trabajo, mis hijos se fuesen a la calle o a un centro de acogida concertado, regentado por alguna entidad católica (sí, ya lo sé, me pongo en el peor de los casos), si todas esas circunstancias se diesen, seguro que sería capaz de encontrar a un culpable, o varios, pero sobre todo uno, al que cargar con la culpa en mi día de furia. Y como yo, varios millones de personas, así que id con más cuidado, señores gestores, os lo ruego: que la gente hasta ahora se queme a lo bonzo en vez de quemaros a vosotros no quiere decir que lo vaya a seguir haciendo siempre.
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Si ellos venden camisetas del Che, no veo por qué nosotros no nos podemos secar el ojete con una toalla de la madre Teresa de Calcuta, eh que sí? |
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Periodista free-lance empujando a Pedro Jota, vestido con su traje de luces. |
El periodismo está en crisis. Parece que la gente no quiere pagar un euro al día por estar informado… ¿Informado? Dejad que me ría.
¡Hola, muchachos! |
El caso Bárcenas va mostrando a pequeñas pinceladas, aquello que todo el mundo comprende como cierto: que esa gente que tras ser ministro se va a ganar millones de euros, no se van a estar contentando mientras tanto con ganar unos pocos miles, apenas el doble o el triple que tú o que yo, no. Son millonarios que no saben cuánto vale un café, así que cómo van a contentarse con un sueldo que se mide en miles de euros? Vaya, pues al cabo de años de saberlo, resulta que se confirma, no porque un periodista haya investigado, sino porque claramente hay alguien que filtra, interesadamente (de momento parece que la que mejor parada sale del asunto es la basilisca Esperanza). El otro día pensaba, sin ir más lejos, que si todo esto culmina con el asalto a la Moncloa, no me quedará más remedio que hacerme la mochila y cruzar los Pirineos. Ah, se me olvidaba: la tibieza de Rubalcaba también confirma la teoría; no voy a hablar demasiado no me vayan a hacer un zas en toda la boca.